- Crea un ritual
Tómate un tiempo para hacer ejercicio y trata de seguirlo con disciplina. Lo importante es mantener la práctica constante para que se convierta en parte de tu rutina.
- Encuentra un lugar tranquilo
Puede ser en tu living, en el balcón o donde te sientas más cómoda; el único requisito es que el piso sea plano y liso. Recuerda apartar los muebles antes de iniciar la actividad.
- Evita comer antes de la práctica
Lo ideal es realizar los movimientos en ayunas para evitar el reflujo durante el ejercicio, pero si tienes mucha hambre apuesta por un jugo de frutas o una cucharada de miel 30 minutos antes de la sesión.
- Búscate un mat
Puede usar una manta o una toalla para practicar, pero tener un mat de yoga para llamarla propia es la opción más segura. Al comprar, asegúrate de que el producto sea antideslizante y se adhiera a tu cuerpo. ¡Ah, y no te avergüences de poder probarlo en la tienda!
- Usa ropa cómoda
Prioriza piezas ligeras que permitan que tu cuerpo se mueva libremente, de lo contrario te resultará difícil realizar las posturas correctamente.
- Ten a mano almohadas firmes y grandes
Proporcionan comodidad en algunas posturas sentadas cuando la fuerza en la espalda, las piernas y el abdomen no es suficiente para mantener la columna erguida. Las almohadas previenen el dolor en la columna, la zona lumbar, la ingle y las piernas.
- Medita mientras practicas
Tómate un tiempo para trabajar tu mente con la meditación. Mantén la columna recta y visualiza tus vértebras haciendo espacio entre ellas y tus órganos abdominales mientras mantienes tus piernas cómodamente en el suelo. Respira hondo y realiza las posturas con calma y confianza.
- Respeta tus límites
Comienza con asanas más simples y aumenta gradualmente la complejidad de los ejercicios. La evolución en la práctica requiere tiempo y dedicación.