Los anteojos, hoy en día, tiene un doble propósito: por un lado, ayudan a mejorar la visión y descansar la vista, pero por otro lado, pueden ayudar a sumar valor a tu apariencia.

En primer lugar, recógete el cabello y revisa la forma de tu rostro frente al espejo. Este paso, que parece ridículo, es vital para poder elegir posteriormente el marco que te favorecerá.

1)      Si tu rostro es más bien ovalado, corres con la ventaja de tener un rostro equilibrado en la parte superior y por ello, puedes soportar cualquier tipo de montura.

2)      Si tu rostro es delgado y largo, puedes lograr que el mismo se vea más ancho y corto utilizando monturas grandes de forma triangular o redonda. Si además, usas aquellas que son coloridas, aumentarás el efecto de aplicación de tu rostro.

3)      Si tienes un rostro cuadrado, prueba utilizar monturas redondas y delgadas para suavizar el aspecto angular.

4)      Puedes equilibrar tu cara si tienes una frente ancha que se angula hacia un mentón pequeño, acudiendo a marcos que sean más anchos en la parte inferior que en la superior

5)      Si tienes cabeza pequeña, apégate a las monturas pequeñas; tus anteojos no deben ser más anchos que la parte más ancha de tu rostro

6)      Si por el contrario, tienes una cabeza grande, selecciona monturas de gran tamaño. Evita aquellos marcos que parezca que comprimen tu rostro

Pon en práctica estos tips y a disfrutar de un look totalmente renovado!