Que el nuevo calzado no lastime

Si con solo pensar que te incomoda usar ese calzado hermoso que compraste y te encanta ya te sientes mal, tenemos algunos tips para evitar inconvenientes y que te veas de maravillas con ellos.

1) Asegurate que sean tu número: Evitarás ampollas.

2) Ponles antitranspirante: El hecho de que tu pie sude, provoca que haya más fricción y movimiento dentro del zapato, provocando la aparición de ampollas. Aplicalo y espera que se seque antes de usarlos.

3) Pontelos en casa antes de sacarlos a la calle: Usarlos un rato antes puede ayudarte para saber si te van a lastimar en algún momento (o no), y en qué lugares tienes que intervenir para evitar ampollas.

4) Protege las zonas afectadas: Una vez ubicado el lugar donde te lastima el zapato, puedes poner una curita y ¡listo!

5) Mejor prevenir que lamentar: Existen parches anti-ampollas que podrías añadir al uso de tus zapatos. Utiliza plantillas para el talón de tus tacones y para la planta de los pies. Pega plantillas de gel en la parte inferior de los tacones y, las plantillas especiales, están diseñadas también para sandalias de tiras.

6) Busca un producto que evite las ampollas: Conocidos como bloqueadores de ampollas, frótalo en tus pies y el rozamiento que causa las ampollas será cosa del pasado. Si los productos de la farmacia no funcionan, ponte en contacto con tu podólogo para conseguir almohadillas y plantillas fuertes.

7) Mímate: Los pies cansados y doloridos pueden mejorar remojándolos un poco al final de un largo día. Una vez por semana, remoja tus pies en una bañera con agua caliente y zumo de cítricos (limón, pomelo, naranja) exprimido directamente de la fruta. Después, utiliza una piedra pómez para eliminar la piel muerta y, por último, aplica una loción en tus pies.

8) Saber elegir: Tienes que tener cuidado con cuánto tiempo llevas tus zapatos. Los más grandes y altos sólo debes usarlos en ocasiones especiales o en días en los que sabes que pasarás mucho tiempo en tu escritorio. De no ser así, utiliza tacones modestos. Un zapato con tacón grueso, será más cómodo que uno con tacón fino. Los zapatos abiertos son mejores que los cerrados y una inclinación suave entre los dedos y el tacón del zapato, es mejor que una cercana a los 90 grados.

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