La Sal tiene su importancia a través de la historia, pero hoy hablaremos de esa que es protagonista en nuestras cocinas. Muchas abuelas se referían a ella como uno de los tres venenos que podemos encontrar en ese espacio favorito en los hogares, además del azúcar y la harina.
Esta sustancia, además de tener la cualidad de intensificar el sabor de los alimentos y preservarlos, tiene la capacidad de regular la cantidad de líquido de nuestro organismo y coopera en la transmisión de impulsos nerviosos ¿Lo sabías? Así como lo lees! La sal ayuda en la realización de procesos determinantes para el sano funcionamiento de nuestro cuerpo.
No obstante, el abuso en el consumo de este ingrediente puede ser sumamente nocivo, pues sus efectos secundarios se resumen a enfermedades del corazón, infartos cerebrales, pérdida de la visión y daño en los riñones.
Con el ánimo de ayudarte a tener una mayor calidad de vida sin sacrificar el sabor de los alimentos, te compartimos algunos consejos para reducir el consumo de este ingrediente:
1. Reduce el consumo de embutidos: éstos están saturados de sales y además su aporte nutritivo es muy bajo.
2. Antes de utilizar alimentos enlatados, lávalos con abundante agua, una o dos veces; de esta manera eliminarás la mayor cantidad de sodio.
3. Utiliza en mayor cantidad condimentos naturales como lo son el ajo, la cebolla,el chile, hojas como el laurel, tomillo, orégano, limón, pimienta,etc. En el mercado, hay un sin número de tipos que te ayudarán a que el sabor de las comidas no dependan de la sal.
4.Prueba los alimentos antes de salarlos: muchas veces no es necesario hacerlo.
No se trata de eliminar la sal ni sacrificar el sabor de los alimentos, sino de buscar alternativas que te permitan mejorar tu calidad de vida.