“Perder la paciencia es perder la batalla” dijo Mahatma Gandhi, en los tiempos actuales donde impera lo exprés, ¿cómo cuesta ejercitar la paciencia? Sin duda estarás de acuerdo en que el tiempo no se detiene ni perdona, pero ¿sabes cuándo es el momento de parar? ¿En qué momento es necesario acomodarse en la quietud para poder ver eso que, en el corre y corre no se nota?
La paciencia más que un don es una habilidad y como la mayoría de las habilidades la práctica es la diosa para lograr alcanzar la perfección.
Te estarás preguntando: ¿cómo logro ejercitar mi paciencia si, ni tengo? ¿En qué me beneficia ser paciente o mejor dicho cuándo?
No es fácil, más sí muy útil puedes elegir atravesar las situaciones del día a día construyendo aun cuando las cosas no salen bien, o también puedes pasar la prueba una y otra vez sin comprender porque la historia se repite incansablemente.
Entendámoslo mejor, a través de ejemplos:
- Para superar la frustración: Puede que estás a las puertas de esa entrevista laboral que has añorado toda la vida; entonces te preparas, lees, consultas a expertos y llega el gran día. Tras una conversación amena te dicen: muchas gracias, no nos llame que nosotros la llamamos. ¿Qué diablos pasó? Puedes recriminarte y decir que nada te sale bien, o puedes analizar la escena y ver a través de ella, darte cuenta qué fue lo que pasó. Si decides hacer lo segundo, estarás ejercitando tu paciencia.
- Para caminar mientras adquieres logros: Estás en el momento justo, lograste eso por lo que has trabajado tanto y te sientes feliz, sin embargo, algo hace falta. Necesitas de paciencia para poder disfrutar lo que tienes en lugar de estar pensando en lo que vendrá o según tú, hace falta.
- Para no interferir en las etapas y los procesos: Aun cuando tu sueño sea construir una casa y pintarla de rosa, no puedes pintarla hasta que no hayas culminado cada paso del proceso de construcción. Así es la vida misma, hay cosas que, te guste o no llevan un proceso que no puedes saltarte, y la noticia es que necesitas de mucha paciencia para vivir y cerrar los procesos.
- Para aceptar el lado no tan bueno ni tan perfecto: Para esto requieres de basta paciencia, entender que en la vida todo tiene un precio, la vida es causa y efecto. Del cielo solo cae la lluvia, todo lo demás que quieras debes forjarla a punta de esfuerzo y paciencia.
- Para apropiarte de tu recorrido: Dice Arjona en una de sus canciones “pasa que se nos pasa la vida sin que pase nada”, y sí suele suceder porque el enfoque diario está en la “meta” aun cuando no tenemos la certeza de lograrla. Requieres de paciencia para comprender que lo importante realmente es el recorrido.
- Para aceptar a los demás y su ritmo: Probablemente enfocas más el punto negro de la hoja que todo el espacio blanco, esto significa que en muchas ocasiones estamos dispuestas a sacrificar a una persona buena por uno o dos defectos, sin ver todas sus virtudes. Necesitas de mucha paciencia para aprender a bailar el ritmo de los demás y por fin ser feliz.
- Para al fin recibir eso que tanto esperas: Paciencia para comprender que lo que tiene que ser será, en su tiempo, en el momento justo. Necesitas mucha paciencia para comprender que el universo no gira en torno a tus caprichos, y que después de cumplir los procesos, si te sientas con calma a esperar finalmente tus ojos verán eso que tanto deseas.
Paciencia o mejor llamada la ciencia de la Paz, atrévete a pasarte los días ejercitando esta habilidad, úsala a tu favor y lograrás encontrar calma, quietud y eso que tanto estás anhelando.