Practicar una respiración lenta y profunda, ayuda a recuperar la calma y tranquilidad, reforzando, a su vez, el sistema pulmonar, las funciones cardíacas y controlando la presión arterial. Es, por lo tanto, además de un complemento ideal para cualquier tratamiento para la ansiedad, una práctica sumamente beneficiosa para tu salud.
Respiración profunda o abdominal
Muchas personas están acostumbradas a respirar de una manera superficial. Este es un ejercicio sencillo, con el que podrás conseguir relajar tu cuerpo y mente, además de fortalecer el diafragma.
Indicaciones:
- Busca un lugar cómodo, puedes acostarte o sentarte.
- Pon una mano sobre el estómago, para asegurarte de que llevas el aire a las zonas apropiadas.
- Cuando inspires, intenta visualizar cómo tu abdomen se expande y llena de aire.
- Inspira por la nariz, durante 4 segundos, cuando termines, mantén la respiración por unos segundos más.
- Expulsa el aire despacio a través de tu boca, puedes tomarte unos 7 segundos y siente como tu abdomen se desinfla, como si fuera un globo.
- Repite este proceso unas 10 veces, varias veces al día.
- Respiración completa
- Adopta la postura que consideres más cómoda.
- Inspira aire por la nariz durante 4 o 5 segundos e intenta dirigirlo hacia la zona abdominal.
- Mantén el aire allí por unos segundos y exhala de manera controlada y suave, por la nariz. Repite el proceso unas 4 ó 5 veces.
- Ahora toma aire por la nariz durante 5 segundos aproximadamente, pero en esta ocasión, dirígelo hacia la parte superior de los pulmones. Mantén el aire unos segundos y exhala, nuevamente por la nariz. Repite el proceso unas 4 ó 5 veces.
- A continuación, toma aire por la nariz durante 5 segundos, tratando de llenar en primer lugar el abdomen y posteriormente la parte media de los pulmones, mantén el aire e inspira suavemente por la nariz. Repite el proceso unas 4 ó 5 veces.
Estos ejercicios, al principio, pueden causar mareos o en general cierta incomodidad, sin embargo, con la práctica, estas sensaciones desaparecerán. En todo caso, si tienes preguntas o algo te preocupa, siempre consulta tus dudas con un médico o profesional en salud.