Para que las lentejas se conviertan en una fuente de proteínas de calidad, sería necesario comerlas con algún cereal o verdura que complete su contenido en metionina y cistina.
Podría pensarse que la superioridad del contenido en otros aminoácidos de la lenteja compensa esta deficiencia, sin embargo, hoy por hoy, la calidad de una proteína se establece sobre todo en función de su cantidad y composición en aminoácidos esenciales y en su digestibilidad
Resulta poco útil comer las lentejas con algún producto cárnico, pues aumenta en mucho la cantidad de proteína y si no tenemos en cuenta este sumatorio podemos desequilibrar nuestra alimentación; quizás podríamos añadirlos en muy pequeñas cantidades y para dar sabor.
Altas en fibra
Con casi 8 gramos de fibra por porción de 1/2 taza, las lentejas son ricas en fibra. Comer más alimentos ricos en fibra como las lentejas no sólo ayuda a satisfacer tus necesidades diarias, sino que también podría ayudar a controlar mejor tu peso. La fibra en los alimentos ayuda a suprimir el apetito, y comer un extra de 14 gramos de fibra al día puede ayudar a reducir tu consumo de calorías en un 10 por ciento.
Fuente de hierro sin carne
No obtener suficiente hierro en tu dieta puede agotar tus reservas y hacer que te sientas débil y cansado. Las lentejas son una buena fuente de hierro, con 3,3 miligramos por porción de 1/2 taza. Las mujeres necesitamos 18 mg de hierro al día, y las mujeres mayores de 51 necesitan 8 miligramos al día. Sin embargo, tu cuerpo no puede absorber la mayor cantidad de hierro de las lentejas a base de plantas como lo hace a partir de fuentes de carne. Comer tus lentejas con un alimento rico en vitamina C, como los pimientos, puede ayudar a mejorar la absorción.
Alto en folato
Las lentejas son también una buena fuente de ácido fólico, que contiene 179 microgramos por porción de 1/2 taza. El folato es una vitamina B que ayuda al cuerpo a producir nuevas células. Es un nutriente especialmente importante para las mujeres. La ingesta adecuada de ácido fólico antes y durante el embarazo ayuda a prevenir defectos congénitos de la médula espinal en los bebés y el cerebro. Las mujeres que no están embarazadas y neesitan 400 microgramos de ácido fólico al día, y las mujeres que están embarazadas necesitan 600 microgramos al día.