El clima de nuestro hogar se puede ver afectado por tres puntos fundamentales: la relación entre los miembros de la familia, las relaciones externas o la energía de los visitantes. Es importante evaluar cuál es factor causante de las rupturas de paz y equilibrio emocional.
Cuando los problemas están en casa, lo primero que se debe hacer es tratar de solucionarlos. Nuestro hogar debe ser lo más importante en nuestras vidas.
No es necesario poseer una casa aparentemente hermosa, con una decoración estupenda, sino que debe ser acogedora y eso depende de los detalles que empleemos en su mantenimiento y decoración.
La casa debe estar siempre limpia y ordenada. Es probable que al llegar, después de un arduo día de trabajo, encontremos un gran caos en casa y desfoguemos toda esa carga emocional en nuestro hogar, contra nuestros hijos, esposo, esposa o las personas que trabajan en ella.
Por ello, debes crear una cultura del orden y respeto de cada espacio. Cada acción que realicemos debe tener un lugar y un momento, de manera que nadie interfiera con la tranquilidad del otro.
Los salones principales siempre deben estar despejados y tener algunas ventanas abiertas; además, debemos colocar algún tipo de aromatizante suave y fresco. Una forma para recibir a nuestros familiares en calma es colocando incienso o velas aromáticas de color blanco en un bol con agua.
Otros lugares esenciales para mantener la calma son el baño y el dormitorio. Ambos deben encontrarse en perfecta armonía, mantener todo en su lugar. Puedes colocar flores o pétalos de rosas en los baños.
Las puertas están cargadas de energía que proviene de diferentes lugares, en especial la puerta de entrada. Por eso, coloca bajo el tapete una pequeña corona de flores o macetas con un poco de sal en su interior, esto ayudará a alejar las malas vibras.
Por último, recuerda que la mejor manera de tener la paz que anhelas en tu hogar es con mucha comprensión y amor.