Una de las claves más importantes para tener unas finanzas personales sanas se basa en la posibilidad de que tú seas la que decida el destino de tu dinero, más no tus deudas o tus responsabilidades.
Y es así como sucede que cuando a las personas les ingresa el dinero del salario, lo primero que hacen es considerar qué deben pagar: el alquiler, los servicios, la comida y demás; para luego, sobre eso, hacer cálculos del pago de los créditos pendientes. Muchos llegan hasta ese punto pues, lo que sobre, es lo que le permitirá sobrevivir el resto de la quincena, pero hay otros pocos que piensan en el ahorro como el último paso a cumplir para administrar sus finanzas.
Una de las razones por la que las personas se escudan en que no ahorran es porque “el dinero no les alcanza” pero lo cierto es que si tuvieras una mayor organización o un verdadero plan de ahorro, esta sería simplemente una excusa. Ahora, ¿cómo hacer ese plan?
Para empezar…
Un plan de ahorro significa que te comprometes en hacer que el dinero se use para un objetivo específico que quieres y que vas a trabajar fuertemente para que eso suceda así. El ahorro parece ser una especie de “misión imposible” debido a que, por lo regular, se vincula con privación. La clave no es guardar cada centavo, pero tampoco gastar sin sentido alguno. No quiere decir privarse de las cosas que te gustan; es sencillamente manejar bien el dinero, tomar decisiones entre lo que se necesita y lo que se desea, así como posponer gastos con el fin de ahorrar para posteriormente cumplir otros objetivos y realizar ciertas actividades o disfrutar de algunos placeres de la vida.
Y es así como un plan, simplemente, se convierte en una especie de “guía” que incluye un cronograma y unas acciones especiales que una persona debe seguir casi como un estilo de “manual de instrucciones”, con el fin de que realmente se acumule una cantidad de dinero específica para un propósito particular.
- Lo primero que se debe hacer es establecer los objetivos con el fin de encontrar detrás de ellos, una motivación para ahorrar. Algunos objetivos pueden ser: ahorro de emergencias, ahorro para un auto, ahorro para la jubilación, ahorro para viajar y ahorro para educación en caso de que sigas con planes de crecimiento académico.
- Define cuanto vas a ahorrar para cada objetivo.
- Evita las compras por impulso.
- Puedes usar sobres y cada quincena cuando recibes tus pagos podrías separar el dinero para cada uno de tus objetivos.