El vitiligo, también conocido por varias personas como “melancolía”, es una enfermedad de la piel que presenta manchas o parches blancos por la pérdida de su coloración normal. Usualmente se inicia en la niñez y la mayoría lo presenta antes de los 20 años de edad. Es más frecuente en quienes tienen antecedente familiares que lo padecen, así como quienes sufren de enfermedades tiroideas o enfermedades autoinmunes como la diabetes mellitus. La causa precisa del vitiligo aún se considera desconocida, ya que se debe a una combinación de factores genéticos, inmunológicos y ambientales. Esto significa que muchas personas están predispuestas por herencia y cuando ocurre el estímulo desencadenante, se inicia la enfermedad. Existen pruebas de algunas personas que la padecen poco tiempo luego de un trauma emocional fuerte como un accidente, la muerte de un familiar o un divorcio. Esto convierte al paciente en blanco fácil para aumentar la tensión y el estrés, manteniendo una preocupación constante y empeorando el vitiligo. Existen varios patrones de vitiligo según las áreas que afecte: localizado, diseminado o generalizado. No existe una manera de predecir la forma exacta que presentará. Al inicio son puntos blanquecinos, poco notorios, los cuales van aumentando en número y tamaño, siendo la pérdida de color cada vez más evidente. Las áreas comúnmente afectadas son la cara, área de escote, manos, ingles y genitales. Cuando afecta la cara se presenta alrededor de los ojos, nariz, boca y orejas. La despigmentación en cada persona se presenta de diferente manera, siendo menos notoria cuando los pacientes son de piel blanca, mientras que aquellos de piel oscura lo notarán con más facilidad. Para lograr la repigmentación de la piel, es necesario un tratamiento adecuado ya que una regresión espontánea de las manchas, solamente se da en 1 de cada 5 pacientes. El tratamiento suele ser difícil; sin embargo, hay varias estrategias hasta encontrar lo que es efectivo para cada paciente. Dentro de ellos podemos mencionar el uso de antiinflamatorios e inmunosupresores, altas dosis de vitaminas como antioxidantes, exposición a la luz solar o luz ultravioleta. En pacientes con áreas bien localizadas, se puede recomendar maquillaje como camuflaje, autobronceadores o tatuajes. Por el contrario, en aquellos pacientes en que afecta más del 50% del cuerpo, se considera prudente aclarar el resto de la piel. Para todos los pacientes con vitiligo, es importante protegerse de la exposición solar excesiva usando ropa, sombrero, lentes con protección y protector solar. ¿Se puede curar 100%? La respuesta depende de los factores del paciente. Quienes tienen mejor pronóstico para curarse son aquéllos con menos de 5 años de padecer la enfermedad, pacientes niños o jóvenes. Si bien no podemos garantizar una cura rápida y total, es seguro que con el tratamiento adecuado se puede lograr detenerla en su evolución. Con dicho tratamiento, evitaremos que con el paso del tiempo no se vean cada vez más partes del cuerpo afectadas. Dra. Eva Emperatriz Oliva Dermatóloga eva.oliva@expertos.iniciativat.com