Hola Lectoras!
Seguramente te ha pasado que durante el día se te vienen unos antojos de cualquier cosa, cosas que muchas veces no son convenientes, y luchas por pasarlos por alto.
En este artículo te queremos presentar una serie de trucos que funcionan muy bien para engañar a tu mente cuando te ataca un antojo, además te ayudarán a perder peso.
- Imagina un botón de pausa
Cuando ocurra que se te antoja un dulce a altas horas de la noche, visualiza mentalmente un botón de pausa para considerarlo. Cuando una persona te pide un favor, te detienes a pensar si cabe en tus posibilidades, ¿cierto? Haz lo mismo cuando sientas antojo por comer algo.
- Reemplaza la comida chatarra por alternativas más saludables
Cuando se te antoje algo como una fritura, chocolate, o cualquier otro alimento que te haga subir de peso, toma una manzana o una zanahoria. Como ya te pudiste dar cuenta, esos alimentos no solo tienen beneficios para tu salud, sino que a diferencia del chocolate, por ejemplo, no son adictivos.
- Imagínate a ti mismo comiendo
Continuando con el propósito del primer punto, cuando te ataque un antojo detente un momento y piensa en ti mismo consumiendo esa comida que te ha provocado. Un importante estudio realizado por investigadores de la Universidad Carnegie Mellon reveló que hacer esto disminuye las posibilidades de que caigas en manos de este antojo.
- No te niegues ningún alimento
Una de las primeras cosas que vienen a la mente cuando se piensa en comenzar un régimen alimenticio son hambre y prohibiciones. El problema es que negarse a uno mismo sus alimentos favoritos te prepara para el fracaso. Cuando el objetivo se enfoca en perder peso, lo que hay que hacer es comer lo que quieras, pero no todo lo que se quiera.
- La manzana es tu salida
Cuando se te antoje cualquier cosa, pregúntate a ti mismo si una manzana es buena opción. Si la respuesta es sí, es que verdaderamente tienes hambre y está bien comer algo. Si por otro lado, tu respuesta es negativa, significa que es puro capricho, así que bebe un poco de agua y ya verás cómo te sientes mejor. Muchas veces confundimos la sed con hambre, con un estómago vacío, pero hidratarte es lo que realmente necesitarás.
Un beso,
Mia.