Hay estados de desesperación constante que no nos permiten disfrutar del presente ya que nos cuesta demasiado no pensar en el pasado o en lo que viene. Algunos de los síntomas de ansiedad y estrés son las palpitaciones o dolores en el pecho, falta de aire, sensación de asfixia, náuseas o problemas estomacales. Entérate de las causas y de cómo combatirlo.
Posibles causas y síntomas:
En situaciones poco felices como problemas familiares (divorcios, fallecimiento, accidentes), preocupaciones económicas, inconvenientes laborales (despidos, incompatibilidad en el trabajo, exceso de responsabilidad, estrés), consumo excesivo de alcohol, drogas o pastillas para dormir, la ansiedad puede ser normal. Los estímulos amenazantes o que suponen un riesgo o desafío, son potenciales causas del estrés y la ansiedad.
Los síntomas comunes son que te empiece a temblar el pulso y una sensación de mareo. Cuando nuestro cerebro identifica que tiene que defenderse de algo que no le agrada, se acelera nuestro ritmo cardiaco e, incluso, podemos llegar a tener taquicardias y dolor de pecho (pinchazos), porque estamos reaccionando a algo que nos da pánico o consideramos que hay que luchar contra un peligro.
Otros síntomas frecuentes pueden ser la sequedad de boca, caída del cabello frecuente, sudores fríos y calientes (cambios de temperatura corporal bruscos), ganas de vomitar, diarrea, también se puede nublar la vista, etc.
Como disminuir la ansiedad y el estrés
Relajación natural: El cuerpo a veces pide técnicas de relajación como la respiración profunda, el tai chi o el yoga. Debemos empezar a sentirnos tranquilos y menos acelerados.
Dormir lo suficiente: Ni mucho ni poco, lo importante es que hay que hacerlo de manera profunda.
Alimentarse bien: Consumir alimentos naturales como verduras, frutas, proteínas magras (carnes, pollo, pescados), cereales integrales que proporcionan energía a largo plazo en reemplazo de la inyección de energía de corta duración que proporciona un exceso de azúcar, de harinas o cafeína.
Hacer ejercicio regularmente: El ejercicio físico es un ansiolítico de primera línea, que no tiene contraindicación alguna y es esencial para nuestra salud mental. El ejercicio físico puede ser tan poderoso como cualquier medicamento y ayuda a experimentar un alivio considerable.
Conectarse con otras personas: La vida social es fundamental. Vamos a preocuparnos menos por las cosas o al menos las olvidaremos por un rato hasta ir disminuyendo eso que nos angustia.
Conéctarse con la naturaleza: Dar un paseo por un parque, caminar descalzo por el pasto o tener algún mínimo contacto directo con la tierra, nos puede ayudar a sentirnos en paz y en equilibrio.
Valorar el descanso: Es fundamental no sobrecargarse de cosas. Delega responsabilidades y aprovecha tu tiempo.
Alimentos a evitar: Cafeína, azúcar, guaraná, bebidas energizantes, exceso de nicotina, sal sin moderación, entre otros.
Nuestros espacios: Tu casa debe tener armonía en colores, aromas y formas sobre los sentidos. Deshazte de lo que no te gusta, mueve los muebles de lugar, inspirate para decorar y no postergues arreglos.
Además: No llevar problemas a la casa, no mirar tanta tele y escuchar más música, incluso sonidos de la naturaleza, mantras, no hacer dos cosas al mismo tiempo, dormir cómoda y limpia y, en algún momento del día, dedícate solo a ti.