El secreto para llevar adelante una economía familiar estable, radica en no perder la calma en caso de crisis económicas y en que cada uno colabore. Algunos de los consejos son:
1. Calcula los gastos: Es muy importante que identifiques donde está el inconveniente del dinero. Expongan los gastos y analicen la raíz del problema, tienen que saber hacia dónde va. La plata no sólo se esfuma debido a los pagos de servicios, créditos, escuelas o alquiler: también cuentan las pequeñas cosas como el estacionamiento, alimento, etc. Anota en un cuaderno y guarda todos las boletas de las compras realizadas durante un mes, lleva la cuenta de todas estas cosas en las que inviertes.
Al final del mes, separa los gastos en categorías, súmalos y al total réstalo de la cifra de tu sueldo mensual. Si gastas más del 80% de lo que ganas, entenderás lo bien que te haría comenzar a llevar un presupuesto.
2. Estima los gastos futuros: Hay que saber que dinero vamos a utilizar en el futuro. Por ejemplo cumpleaños, aniversarios y todo lo que requiera mucho aporte económico.
3. Mantén un fondo de emergencia: Tener plata apartada y resguardada para cualquier emergencia que se presente, será de gran alivio. Es uno de los claros ejemplos para administrar de forma inteligente las finanzas familiares.
4. Ahorra para las vacaciones e invierte inteligentemente: Guardar el 10% de tus ingresos, te ayudará a tener tus ahorros resguardados y podrás tener un fondo suficiente para tomarte algunas vacaciones familiares o realizar algún viaje de lujo con tu pareja. A su vez, tendrás más ingresos para la bolsa de ahorro.
Cuando te propones una meta, todo es más fácil. Mejora tu forma de ahorrar, puedes incluir a toda la familia haciéndolo un buen hábito. No se trata solo de aumentar tus ingresos, sino de que tengas una suma para poder sobrellevar cualquier imprevisto económico que surja. Además, como familia, pueden establecer un límite y ahorrar una pequeña cantidad de dinero cada día, por ejemplo, para ir de vacaciones.
5. Hábitos de consumo a cambiar: Esto se logra conociendo cuánto gasta la familia.Así, podrán ahorrar dejando de gastar de forma descontrolada. Para ello, es necesario poner prioridades: si tu hijo quiere una consola de video juegos pero necesita un par de zapatillas, debes enseñarle que la prioridad, es el calzado que necesita.
6. Saber en que es conveniente invertir: Algunos ejemplos son:
a) Un curso de idioma: Te volverá más competitivo en el mercado laboral.
b) Prendas de moda: Conviene esperar a la liquidación o elegir un ítem básico, como un jean clásico.
c) Un viaje al exterior: Puedes comprar los pasajes hasta con 330 días de anticipación y pagarlos en 12 cuotas. Eso te permitirá congelar el precio y vas a saldar la totalidad (o gran parte) del costo antes de subirte al avión.
d) Un auto OKM: En vez de invertir en un auto nuevo, compra uno usado con poco kilometraje. Los gastos de seguro y patente son más bajos. ¿Un plus? En caso de tener algún siniestro, los repuestos son más económicos.
e) Farmacia: Cuando te receten algún medicamento, pregunta si vas a obtener los mismos resultados con el genérico. Usualmente suelen ser bastante más baratos y provocan el mismo efecto.
7. Ser comunicativos: Para una convivencia financiera feliz; es saludable que nadie se guarde nada. Para entender cómo lo moviliza el dinero al otro, primero hay que escucharse.
8. Poder de adaptación: Los tiempos cambian y las situaciones financieras también. Hay épocas para gastar y otras donde hay que consumir lo justo y necesario.
9. Independencia: Cuentas claras sí. Pero también permiso para tener pequeños fondos propios a gusto de cada uno. Las personas (luego de cumplir con las obligaciones del hogar), necesitamos autonomía y hasta una cierta discrecionalidad en el manejo del dinero.
10. Todos para uno: Por más que uno tenga más ingresos, la administración de los fondos es una actividad compartida y todos deben tomar la decisión. De nada sirve: “yo te dije que no era un buen momento”.
Pareja y dinero = Problemas
Algunas parejas se aman, hasta que las cuentas no cierran. Deben buscar el momento y hablar seriamente de su economía. Si ambos trabajan y los dos aportan, hay un acuerdo implícito por el que uno de los dos se encarga de tomar las riendas administrativas de la casa: pagar las cuentas, renovar plazos fijos, ver si hay alguna oportunidad para invertir, controlar los gastos, planificar vacaciones, separar algo para los ahorros, etc.
A fin de no terminar peleados, lo ideal es aprender a conocer qué concepción tiene cada uno del dinero y en qué cosas disfrutan gastarlo.