Hola lectoras,
Cuando hablamos, no solo nos comunicamos con las palabras. Nos fijamos en el lenguaje corporal de la otra persona y escuchamos su tono de voz. Si tienes una conversación alegre y casual con alguien, es importante que hables con un tono amigable. Para hacerlo, debes ajustar tu forma de hablar y tu lenguaje corporal.
Respira desde el diafragma para controlar la voz. Para hacer que el tono de tu voz sea más amigable, debes estar consciente de la rapidez con que hablas y del volumen de la voz. Respira fuerte desde el abdomen para tener un mejor control.
Para saber cómo respirar desde el diafragma (el músculo que está justo debajo de los pulmones), párate frente al espejo mientras respiras. Si los hombros y el pecho se elevan, significa que la respiración es superficial y no estás usando el diafragma.
Para practicar la respiración desde el diafragma, coloca una mano en el abdomen y empújala hacia afuera mientras respiras.
Varía el tono de la voz. No hables con una voz monótona, sino más bien súbela y bájala mientras hablas. Si enfatizas las palabras importantes en la oración con un tono más alto, convencerás a los oyentes y los tonos más bajos le darán tranquilidad a la conversación.
Termina las preguntas con un tono más alto y haz las afirmaciones con un tono más bajo. Si terminas las afirmaciones con un tono alto, parecerá como si no creyeras lo que dijiste.
La mejor forma de mantener un tono amigable es variarlo mientras hablas. No debes usar un tono alto en toda la conversación porque la gente pensará que recién inhalaste helio de un globo. Por otro lado, si usas un tono bajo en toda la conversación, el oyente podría pensar que no te interesa hablar con él.
Habla despacio para mantener la atención de las personas. Si hablas muy rápido, parecerá que solo quieres terminar la conversación. En lugar de eso, habla despacio para que la persona escuche cada palabra que digas. De esta forma, le harás saber que en verdad quieres estar allí y hablar con ella.
Usa una voz más suave para no sonar agresivo. No hay nada peor que sentir que alguien te grita. Mantén la voz a un nivel que permita que la gente te escuche sin gritar.
Este problema se solucionará si respiras desde el diafragma. Al respirar de esta forma controlada, todos te escucharán sin que te esfuerces tanto por emitir el sonido. Cuando luchas por hacer que te escuchen, es probable que termines gritando, lo cual no sonará amigable.
Evita hablar entre dientes para no confundir a las personas. Si no articulas con claridad cada sílaba, es posible que la persona no te entienda. Lo que es peor, podría pensar que a propósito estás diciendo algo que no puede escuchar. Esto podría hacer que se confunda y se frustre.
Grábate para practicar los cambios. Usa el teléfono celular o una cámara para grabar un audio o video mientras hablas. Presta mucha atención al tono, la velocidad y el volumen de la voz. Haz algunas mejoras en cada nueva grabación.
Hasta pronto,
Eva.