Es difícil no perderse en los excesos de las comidas que más nos confortan y no ejercitar, pero lo mejor para nosotros es tratar de mantenernos saludables y en forma. Te damos algunos consejos para no perder la motivación y mantenernos en movimiento.
- Establecer objetivos realizables
Es necesario crear metas claras y realistas; teniendo en cuenta, además, el estilo de vida, el tiempo con el que se cuenta para dedicar a la práctica de la actividad física, hábitos alimenticios e historial médico. Lo ideal es comenzar con metas fáciles de alcanzar, para crear el hábito y no frustrarnos desde el comienzo. - Mantener estos objetivos a la vista
Escribe tus metas y coloca esta anotación en un lugar visible para que lo veas todos los días. De este modo tendrás más presente tus objetivos en tu día a día, y te ayudará a tomar mejores decisiones. - Hacer un seguimiento quincenal de los objetivos
Para saber si estamos logrando el objetivo es clave monitorear el progreso, si es posible mediante un diario. Esta herramienta nos ayudará a motivarnos todo el tiempo, además de corregir las falencias para evitar que se conviertan en obstáculos para alcanzar las metas propuestas. - Cultivar la paciencia
Cuando en el pasado se tuvo un estilo de vida no saludable, el cuerpo se demora en asimilar los cambios. Por esta razón, es importante que sea un proceso lento, implementando cambios a medida que pasa el tiempo, para que no se convierta en una experiencia traumática. Asimismo, se verán los resultados. - La divina trinidad: Fuerza, Cardio y alimentación
Entrenamiento de fuerza, trabajo cardiovascular y un plan de alimentación, son los tres factores para lograr resultados. Es fundamental el asesoramiento de un profesional para que puedas obtener lo mejor de tu plan de entrenamiento y alimentación.