Una de las cosas más importantes que un padre puede hacer por su hijo es velar porque su autoestima sea lo mayor posible.
La relación que fomentas con tu madre y el hecho de convertirla en tu mejor amiga es un factor muy importante para tu autoestima. No todos tenemos la posibilidad de tener una relación con nuestra madre o verla con ojos de amor, pero mientras esté viva aprovecha este momento y conviértela en tu cómplice.
La autoestima se define como la percepción emocional que uno tiene de sí mismo, algo así como el amor a uno mismo y viene determinada, en gran parte, por la relación que los demás mantengan contigo (si alguien es rechazado por los demás, tendrá probablemente baja autoestima), por la percepción que los demás tengan de ti y por cómo se sienten estando contigo.
En los primeros años de vida los niños entablan las primeras relaciones con sus padres y hermanos, siendo la relación más intensa emocional y físicamente hablando la que se crea con sus padres y, sobretodo, con el referente primario, que suele ser la madre (aquella persona a la que acudes cuando realmente hay problemas).
- Para mejorar la relación con tu madre debes ser capaz de no juzgar, este es un consejo que vale para las madres y los hijos. Ambas partes deben tratar de entender a la otra, hay que comprender que son de generaciones diferentes y eso podría generar enfrentamientos constantemente. Pertenecer a distintas épocas vitales es una fuente habitual de problemas en las relaciones familiares. Es muy importante no tener miedo a ser la primera en resolver conflictos y acercar puntos de vista.
- Es importante dejar siempre abierta la puerta a la comunicación. No hay que dejar cosas por decir, desde sentimientos a pensamientos, no hay que asumir que la otra persona nos conoce tanto como para no hablar ni expresar lo que sentimos. Y recuerda que por muy buena que sea la relación, nadie puede leer la mente. Te recomendamos que hables con sinceridad y claridad, que escuches y así evitarás malentendidos.
No debes ocultar los resentimientos, porque ese tipo de sentimientos si los dejas que calen hondo, terminarán por estropear la relación del todo. Cualquier rencilla procura resolverla inmediatamente, si dejas que se alberguen los resentimientos, crecerán, se enardecerán y empeorarán la relación. Debes ser capaz de elegir las batallas y aprender a perdonar, porque al final estos malos sentimientos son perjudiciales y crecen con el tiempo.
Debes ser realista y no esperar cosas imposibles. No pienses que tu madre es perfecta y que no comete errores, debes entender que aunque muchas veces intente hacer lo mejor posible, puede que se equivoque. Aprende a aceptar que tu madre es una persona normal, cuanto antes lo asumas, mejor.
Un consejo para las madres es que hay que querer y aceptar a los hijos por lo que son, no por lo que pueden llegar a ser. Especialmente deja de esperar que tu hijo haga lo que tú no hiciste o lo que te sueñas que haga.
Otro consejo fundamental para mejorar la relación con tu madre es el respeto, la base para potenciar esa interacción es que se tengan claros los límites y se respeten las opiniones de ambos. Es importante que se recuerde la individualidad, que tanto madre como hijos tienen valores y personalidades que les definen, no hay que esperar que siempre se esté de acuerdo en todo. Si cada persona tiene un punto de vista, debes aceptarlo y no entrar demasiado en ese tipo de conversaciones para empezar discusiones. En definitiva, se trata de respetar y no imponer criterios.