Ante este cambio, el ancla es la madre, es la que reacciona, devuelve la serenidad, tranquiliza, es la que busca la información, es la que aprende, es la que enseña.
Esa madre, dispuesta a ser simplemente madre, ha debido aprender a desarrollar profesiones empíricamente médico, enfermera, terapista, maestra, al tiempo que cumple su papel de madre.
Además debe saber cómo darle de comer, cómo hablarle, cómo cantarle, y además debe acudir animosa al examen semanal en el que deberá rendir cuentas de lo hecho.
Nunca esta demás un consejo si eres una de esas madres con un hijo especial.
- Nunca subestimarlo, aprende de manera diferente, pero sabe y entiende mucho más de lo que nos imaginamos.
- Jugar con el carritos y muñequitos, organizándolos en filas.
- Enseñarlo a ser independiente, dejarlo comer solo y sentarse a la mesa como el resto de la familia o que escoja la merienda que quiere comer.
- Asignarle pequeñas tareas de la casa, por ejemplo; poner la ropa en la lavadora, entrarla en el cesto, arreglar la cama, recoger los juguetes.
- Darle instrucciones cortas y precisas, como: “lleva esto a la basura”, “busca tus zapatos”, “siéntate a la mesa”.
- Premiarlo por sus logros y castigarlo por sus malas acciones: Por ejemplo; Cada vez que hace algo bueno, se le aplaude y se le da un beso ¿el castigo? Treinta minutos sentado en el mueble sin derecho a pararse (Castigo que el detesta por que le encanta su libertad).
- Hacer cosas que le gustan, en este caso, la playa y el parque son sus lugares favoritos, se puede pasar un día entero en la orilla de la playa, solo mojándose los pies (por que no entra ni loco) o sentado en el columpio mientras yo me ejercito los brazos empujándolo.
- Cansarlo de forma divertida, antes de cada siesta aquí se baila música “Latina” para así dormir mejor.
Realmente estos consejos te podrán ser de gran utilidad para recordar que siempre hay una solución y que tienes la fuerza y valentía que no cualquier puede sobrellevar. Si se puede!!!!
