La mujer maltratada clama por ayuda y sin embargo terminan prolongando el tiempo y sumando excusas, hasta llega a sentir vergüenza por quedarse en esa relación, cosa que le lleva a pensar que merece el maltrato o abuso recibidos, y disculpan al agresor, “es que cuando yo me enojo digo cosas que a él le molestan”.
Por fin, desde hace algunos años, se habla más libremente de este fenómeno; pero lamentablemente, aún hay muchas voces mujeres maltratadas que continúan en silencio. A causa de ese silencio, el maltrato ha sido y sigue siendo en muchos hogares “el pan nuestro de cada día”.
Hay muchos hombres que quieren demostrar “quién es el que manda” y quién es el sexo fuerte; y en su esfuerzo por demostrarlo, vociferan, amenazan, intimidan y levantan el puño dejándolo caer sobre sus esposas o novias, porque saben que así pueden intimidar a sus parejas.
Hay que luchar más contra la violencia de género: Muchas veces caemos en las garras de estos semi-hombres porque nos hemos precipitado en establecer relaciones que ya intuíamos que igual no serían sanas. No obstante, nuestra inocencia o malas decisiones nunca deberán ser aceptadas como justificaciones de la violencia sufrida. Idealmente siempre evitaríamos caer en relaciones así, pero lo cierto es que a veces nos llevamos grandes sorpresas y nos encontramos repentinamente envueltas en una relación de violencia contra nosotras mismas, sin saber escapar.
Pero sea cuando sea que nos demos cuenta de la situación, de inmediato, sin pensarlo más, intentemos salir, escapar, huir y liberarnos de ese hombre. Al principio puede suponer grandes dificultades y sacrificios, pero al hacerlo recuperaremos nuestro amor propio y autoestima, cosas que nos ayudarán a seguir adelante por nosotras mismas. El maltratador suele sentirse seguro, pensando que jamás pondrías en peligro la unión familiar; pero tú has de tener claro que tanto tu seguridad como la de tus hijos, así como el ejemplo que reciban, es más importante que aquello que te retiene junto a él.
Muchas son las excusas que la mujer atrapada en la violencia:
“Le tengo miedo a la soledad.”
“Si lo dejo, me da miedo no encontrar a otra persona que me quiera.”
“Me da demasiado miedo la reacción que tendría en el caso de que yo le dejase.”
“Me tiene amenazada, me dice que si me voy me mata.”
“Si lo dejo, ¿qué les digo a mis hijos?”
“Mis hijos adoran a su padre y sufrirían mucho por mi culpa.”