Perder peso no es tan sencillo como parece. Hay que ser conscientes de que se necesita mucha disciplina para hacer ejercicio y que esto no afecte tu salud. En el caso de andar en bici, las calorías que consumas deben depender de tu peso, masa muscular y frecuencia de pedaleo. Lo ideal sería que lo hagas todos los días, pero con 30 o 40 minutos tres veces por semana alcanza. Para saber la intensidad con la que estás trabajando, tienes que conocer tu frecuencia cardíaca.
Una clase de spinning puede hacerte quemar entre 500 y 800 calorías. Además, es altamente motivadora porque estás rodeada de gente llena de energía y suena música bien fuerte. Para que haga efecto, te conviene tomar entre dos y cuatro clases por semana complementándolas con una alimentación sana.
Los beneficios de uno y otro deporte son enormes y muy importantes. Sabemos que andar en bici mejora la actividad cardiovascular y desarrolla la resistencia. Además, puede reducir el riesgo de infarto en un 50% y como si fuera poco favorece la digestión y fortalece los pulmones. En el caso del spinning, si bien no estarás al aire libre, puedes prevenir la hipertensión, atacar el estrés y combatir el sobrepeso.
En el caso de la bici, la puedes utilizar como medio de transporte para ir al trabajo y así ahorrar tiempo y tranquilidad. Si tienes miedo de andar por la calle por un tema de seguridad, el spinning es una excelente opción.
Cuidar las posturas
Andar en bici disminuye la tensión de la columna vertebral, pero debes controlar que la altura del asiento esté a la cadera y que el manubrio esté a una altura exacta para que tu zona lumbar quede derecha. Como el ejercicio es el mismo y el aparato de gimnasia es similar, con el spinning, si respetas las instrucciones para mantener tu espalda en la posición correcta, vas a tener los mismos beneficios que si sales a andar por la calle. Lo bueno de la bicicleta indoor es que fortaleces y desarrolla los músculos que rodean las rodillas y los tobillos, sin producir impacto.