Importante. No se trata de comer más sino de comer mejor. También comer despacio es una forma sencilla de aportar salud al organismo y eliminar el estrés de una parte tan importante de la rutina diaria. Y sí, la clave para perder peso.
Cuando se sigue esta indicación, se consume, además, mayor cantidad de agua, así que al mismo tiempo estarás aumentando tu energía y reduciendo el riesgo de sufrir un ataque al corazón.
Al hacerlo sin prisa se dedica más tiempo para agradar al paladar y al olfato; aumenta la sensación de saciedad y hay menos molestias digestivas. En pocas palabras, comes pero solo lo que tu cuerpo necesita.
Por si fuera poco, comer lento permite disfrutar el gusto, la textura, el aroma y color de los alimentos. Te vuelves una experta de la degustación.
Beneficios para nuestra salud de comer con sin prisa:
- Menor consumo calórico. Las señales químicas que el estómago envía al cerebro para informarle de que se ha consumido la cantidad suficiente de alimentos suponen un intervalo de tiempo a tener en cuenta para aminorar el ritmo al que se come.
- Aumento de la saciedad. Tras finalizar aquellas comidas que se realizan a un ritmo más pausado, la sensación de hambre es menor.
- Menos molestias digestivas. Olvídate del hipo y de los vergonzosos gases.
- Más placer. Más tiempo para comer se traduce en más tiempo para agradar a los sentidos. La comida será tu tiempo fuera.
- Mejor hidratación. Inevitablemente consumirás más agua. El mayor consumo de agua al comer despacio probablemente produce la distensión del estómago y contribuye a un menor consumo de alimentos. Por donde lo veas, cuerpo nuevo.