Por supuesto que sabes correr, lo has estado haciendo desde que aprendiste a andar. Pero lo que te tienes que preguntar es si sabes correr correctamente. Es probable que inconscientemente estés cometiendo algunos fallos que hagan que pierdas eficacia en la carrera y aumentando tus probabilidades de lesión.
- Calzado inadecuado.
Llevar un calzado que no se ajusta a tu pie correctamente, que no está hecho para la superficie por la que corres, o es tan viejo que no te sujeta el pie, puede provocar que tengas una lesión de tobillo, rodilla, cadera o espalda ya que te impide correr correctamente.
No te fijes sólo en lo bonitas que son tus nuevas zapatillas o lo bien que te quedan. Consulta a un experto y cuéntale cuánto tiempo llevas corriendo, por dónde sueles correr, etc. Él/ella sabrá recomendarte el calzado que mejor se adapte a ti. Cambia tu calzado cada 500 kilómetros o incluso antes si notas cualquier molestia o ves que tu forma de correr se ha distorsionado.
- No te hidratas.
No beber el agua suficiente antes, durante, y después de correr puede provocarte dolores de cabeza, mareos, náuseas, o calambres, lo que hará que tengas que dejar tu entrenamiento antes de tiempo.
Bebe aproximadamente medio litro de agua una o dos horas ante de salir a correr y toma un cuarto de litro 15 minutos antes. Da pequeños sorbos cada 15 minutos durante la carrera, o si vas a correr más de una hora, puedes tomar una bebida que reponga los minerales perdidos. Asegúrate después de tomar otro medio litro de agua después de correr (no te lo tomes de golpe o te sentará mal).
- La superficie errónea.
Correr siempre por asfalto o superficies duras puede ocasionar lesiones en tus articulaciones.
Cambia el chip y prueba otros terrenos como barro, tierra, césped o incluso arena.
- No estiras.
Igual de malo es estirar de golpe tus músculos cuando están fríos antes de correr como no estirarlos. Siempre que estires antes de correr debes hacerlo lentamente y escuchando bien a tus músculos.
Antes de correr cambia tus estiramientos tradicionales por unos dinámicos durante unos 5 minutos. Después puedes pasar a los estiramientos que solías hacer antes ya que los músculos ya estarán listos para aguantar la postura.
- No haces cross training.
Correr es muy sencillo, efectivo, quema calorías, y fortalece tus piernas. Pero correr únicamente no es tan eficaz como parece. Recuerda que el cuerpo se adapta si haces siempre lo mismo. Y además hay lesiones por estrés que salen cuando el cuerpo repite siempre el mismo movimiento.
Incluye otros ejercicios entre semana como yoga, bici, pilates, o incluso algo de peso en el gimnasio. Trabajar otros músculos hará que tu cuerpo esté más equilibrado y evitará que tengas las típicas lesiones por falta de balance muscular.