Para tener una piel divina, debés aprender a reconocer lo que la perjudica. En primer instancia, nunca tenés que olvidar que un humectante natural siempre es más seguro que el resto: podés controlar los ingredientes que posee.
Factores que lastiman tu piel:
1) Falta de agua: Lo ideal es beber al menos 6 vasos de agua al día para que tu piel y cabello vean las consecuencias.
2) El agua caliente: Si bien un baño caliente es muy reconfortante, los aceites naturales de tu piel se disuelven mejor en agua cálida. Por éste motivo, si te bañás a diario con agua casi hirviendo, tu piel se reseca.
3) El gel antibacterial: Puede ser muy útil en algunos casos, pero contiene alcohol que reseca la piel y las uñas. Preferentemente, lavá las manos con agua y jabón neutro.
4) Jabón en exceso: No es bueno para tu piel lavarla diariamente. Si no lográs acostumbrarte a tomar un baño sólo cuando lo necesitas, hacelo con agua tibia y usando jabón solamente en las áreas donde realmente lo necesites.
5) Las cremas perfumadas: Contienen alcohol y fijadores. Si bien no deshidratan la piel por sí mismas sino por la frecuencia en que las usas, verás que aplicándolas a diario tu piel se “desacostumbra” a producir sus propios lípidos.
6) La contaminación: Tanto la ambiental como el humo del cigarrillo, atacan la vitamina A que es indispensable para que las células de tu piel se regeneren.
7) El sol: No olvidés usar diariamente una crema con protector solar para prevenir sus efectos.
8) El clima demasiado frío: Durante esas épocas, usá un humectante especial sobre todo para las manos, que son las más afectadas.
9) El maquillaje: Las bases de maquillaje a base de aceite resecan la piel: tapan los poros y no dejan que funcionen correctamente. Utilizá las que son a base de agua convenientemente.
10) Los bálsamos de labios: La mayoría resecan más los labios ya que contienen mentol. Lo mejor es hidratarlos de forma natural.