La presión arterial es la medida de la presión que la sangre ejerce en tus arterias, impulsada por el corazón, durante las fases de actividad y descanso de cada latido. Hay dos tipos de presión: la sistólica y la diastólica. Estas se miden, generalmente en el antebrazo, con un aparato llamado tensiómetro (o esfigmomanómetro) y las lecturas se obtienen en milímetros de mercurio (mm Hg).
Regularmente los síntomas de la presión baja son los siguientes, presta mucha atención para poder identificarle y saber qué hacer cuando te baja la presión:
- Mareos
- Visión borrosa
- Sensación de debilidad
- Sensación de confusión
- Pérdida de la conciencia
- Náuseas
Existen varias condiciones que pueden provocar la presión baja o hipotensión. Entre ellas están:
- Deshidratación. Si te deshidratas, tu cuerpo pierde más agua de la que recibe. Fiebre alta, vómitos, diarrea, tomar un exceso de diuréticos o hacer ejercicios vigorosos pueden deshidratarte
- Sangrado. Cuando pierdes una gran cantidad de sangre por una herida o por una hemorragia interna, la presión puede bajar.
- Embarazo. Como el sistema circulatorio de la mujer se expande rápidamente, la presión arterial tiende a bajar. La presión suele normalizarse después del parto.
- Afecciones cardíacas. Algunas pueden dar lugar a baja presión arterial (a veces muy baja), como problemas en las válvulas del corazón, ataques al corazón e insuficiencia cardíaca.
Estas son las recomendaciones que debes tener en cuenta cuando se produzcan episodios de presión baja. Presta atención a las indicaciones para tener en cuenta si te sucede a ti o algún familiar.
- No realices movimientos bruscos.
- Cuando te levantes de la cama hazlo despacio y luego siéntete unos segundos en el filo de la cama con los pies apoyados en el suelo.
- Evita estar de pie mucho tiempo.
- Come algún alimento salado como caldos o snacks.
- Bebe mucha agua.
- No consumas alcohol.
- Durante el episodio de presión baja acuéstate con las piernas elevadas o siéntate con la cabeza abajo.
- Intenta abrir las ventanas y las puertas para respirar aire fresco.
En dado caso de que los síntomas empeoren o por ejemplo te desmayes, presentes hemorragias, te falte demasiado el aire, tengas dolor de pecho profundo, diarrea o vómito, lo mejor es que consultes de manera inmediata con tu médico porque podría tratarse de una serie de síntomas de más cuidado.