Tres emociones que aumentan tu grasa abdominal

Hola lectoras,

Las emociones como la tristeza, soledad o ansiedad, influyen en la alimentación, ya que es una manera de satisfacer o calmar la carencia afectiva. Simbólicamente la grasa protege de las agresiones externas.

Debemos señalar también que no todo el mundo engorda ante una situación de estrés, frustración o ansiedad, hay quien pierde peso. Pero lo habitual sin duda es coger unos kilos, iniciando así un problema de salud que debemos saber detener. Te lo explicamos.

 

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Emociones que engordan

Ansiedad.

Este sentimiento genera la sensación de más apetito por lo que la respuesta inmediata es picar entre comidas y consumir alimentos excesivamente grasosos a fin de lograr un estado de placer.

Frustración.

Sea por causas personales o laborales, la frustración afecta el modo en que se come. Ante la necesidad de recuperar el ánimo se recurre a la comida de manera irracional para calmar las emociones, explica la investigación Las emociones y el sobrepeso

Estrés.

El estrés es una realidad que está presente en todos nosotros diariamente. En ocasiones, cuando éste se convierte en crónico, es habitual que nuestro cuerpo empiece a sufrir cambios: se elevan los niveles de cortisol e insulina, y a menudo, aumenta nuestro apetito hedonista, ese que nos hace comer no solo por necesidad, sino por placer.

La relación de las emociones con la acumulación de grasa en el abdomen se explica también porque hay alimentos considerados adictivos que hacen que se coma en exceso y sin parar, entre ellos está el chocolate y la comida abundante en grasa.

Un beso,
Mia.

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